El día comenzó con Hyundai a la cabeza, ya que Tänak y
Neuville, líder del campeonato, lograron un contundente doblete en los dos
primeros tramos. Sin embargo, mientras la velocidad de Tänak mantenía alto el
ánimo de Hyundai, la suerte de Neuville dio un giro dramático en el tercer
tramo cuando su i20 N Rally1 HYBRID sufrió un repentino fallo eléctrico,
reduciendo severamente su potencia.
Sin asistencia al mediodía y con pocas piezas de repuesto
disponibles, Neuville y su copiloto Martijn Wydaeghe se enfrentaron a la dura
tarea de sacar adelante su coche en otros cinco tramos de asfalto, perdiendo
más de siete minutos y cayendo hasta la 15ª posición de la general. Ahora, con
una montaña que escalar para volver a una posición en la que pueda sumar puntos,
sus esperanzas de conseguir los seis necesarios para garantizarse su primer
título mundial descansan firmemente en el Súper Domingo.
«Definitivamente ha sido duro», admite Neuville. «Realmente
no puedo encontrar nada positivo del día. Cuando el coche funcionaba las
sensaciones eran buenas, eso es lo único positivo».
Tänak, por su parte, ofreció una clase magistral de
velocidad y precisión. Sin nada que perder, el estonio adoptó un planteamiento
a toda velocidad que no sólo mantuvo vivas sus opciones de campeonato, sino que
también reforzó la apuesta de Hyundai por defenderse de Toyota GAZOO Racing en
la lucha por la corona de constructores. Su actuación se volvió aún más crítica
después de que Andreas Mikkelsen estrellara su i20 N contra un árbol en el TC5.
El campeón de 2019 se enfrentó inicialmente a la presión del
piloto galés Elfyn Evans, que consiguió un escaso liderato de 0,7 segundos a
mitad de carrera. Pero tras una tarde dominante de Tänak, incluyendo un tiempo
14,4 segundos más rápido que el de Evans en el Isegami Tunnel 2, el estonio
recuperó el liderato y estiró su margen nocturno a 20,9 segundos.
«Los tramos han estado bastante bien», dijo Tänak. «Hay dos de
mañana que conocemos, pero otro es nuevo. Estoy deseando afrontar el reto que
tenemos por delante».
La salida de pista de Mikkelsen provocó un retraso y obligó
a que la especial de Shinshiro (TC7) se desarrollara con poca luz. Esto jugó a
favor de Adrien Fourmaux, cuya previsión de instalar luces auxiliares en su
M-Sport Ford Puma Rally1 HYBRID dio sus frutos.
Fourmaux aprovechó los problemas de visibilidad de Takamoto
Katsuta para hacerse con la tercera posición de la general, terminando el día
una décima por delante del piloto japonés pero por detrás de Evans por más de 1
minuto 30 segundos.
Sébastien Ogier, de Toyota, terminó la jornada en quinta
posición tras perder casi dos minutos por un cambio de rueda en el TC2.
Grégoire Munster le siguió en sexta posición con su M-Sport Puma, mientras que
el líder del WRC2 Nikolay Gryazin ocupó la séptima plaza.
El octavo puesto de Sami Pajari en la general y el segundo
en WRC2 ponen al joven finlandés en camino de sellar el título de WRC2,
mientras que Josh McErlean e Hiroki Arai completaron el top 10 tras casi 130 km
de intensa competición.
La penúltima etapa del sábado consta de tres tramos, cada
uno de ellos a disputar dos veces, antes de concluir con otra pasada por la
superespecial del Toyota Stadium.