El Rallye de Montecarlo, que abría la temporada, había resultado ser un desastre, con los dos Ford de fábrica excluidos por irregularidades en la bomba de agua. Las cuatro victorias de tramo de Colin McRae en los Alpes franceses y el tercer puesto de Thomas Rådström en Suecia demostraron que el Focus WRC tenía ritmo de sobra, pero ¿tenía fiabilidad?
Otra complicación para el equipo británico fue que Petter Solberg tuvo que salir como sustituto del lesionado Rådström. El noruego pilotó bien en su debut oficial, colocando su coche quinto, pero fue McRae quien acaparó la atención.
El Focus de Colin se colocó tercero en los primeros compases de la carrera y luego adelantó al Toyota de Carlos Sainz cuando el español sufrió un par de pinchazos, mientras que el Subaru de Richard Burns sufrió un problema de suspensión.
El escocés salió del segundo tramo del segundo día, de Nyaru a Eldama Raving, con un liderato de cuatro minutos sobre Didier Auriol (Toyota). Al final de la jornada, esa ventaja había aumentado hasta los 14 minutos sobre el Mitsubishi de Tommi Mäkinen.
Sólo quedaba un domingo, pero hace 25 años, sólo un domingo en el Safari significaba 277 kilómetros de competición.
No fueron un problema para McRae (aparte de un pinchazo en el segundo de los cuatro tramos). Llevó el coche a casa en cabeza para conseguir una victoria sensacionalmente rápida y controlada para el equipo dirigido por Malcolm Wilson.
Imagen: McKlein