La flamante prueba tuvo su base en la ciudad alemana de
Passau, pero se inició en Praga el pasado jueves, antes de una jornada completa
de tramos checos el viernes. Por su parte, las especiales del sábado y el
domingo se desarrollaron al otro lado de la frontera germano-austríaca.
Neuville, la estrella del Hyundai i20 N, se alzó con la
victoria por casi un minuto tras hacerse con el control del rallye en la
segunda jornada, cuando Elfyn Evans sufrió un accidente y Kalle Rovanperä
centró su atención en sus aspiraciones al título.
El belga, actualmente tercero en la clasificación del
campeonato de pilotos, quedó impresionado por la gran asistencia de aficionados
durante los cuatro días.
"Creo que, para aquellos que llevan mucho tiempo en el
WRC, hacía tiempo que no veíamos tanta emoción alrededor de una prueba como la
que hemos tenido este fin de semana", alabó Neuville. "Había gente
por todas partes, y no sólo en los tramos, también en los enlaces , en los
reagrupamientos, en todas partes había mucha gente.
"No estoy en contra de pilotar mucho o de tener tramos
de enlace con largas distancias si vemos la cantidad de espectadores que hemos
visto este fin de semana. Ha sido un gran espectáculo y un buen show, así que
no me importa hacer muchos kilómetros si se ve recompensado".
"El rallye ha estado bien, pero la meteorología ha sido
complicada", explicó. "Fue muy difícil, y tuvimos una clara
desventaja con nuestra posición en la carretera el viernes.
"Nuestras opciones de victoria eran muy escasas, pero
el sábado pudimos darle la vuelta a la situación con un bucle rápido y
constante mientras los demás cometían errores. Estábamos justo detrás,
presionando, y funcionó".
Además de la atmósfera, Neuville admitió que los tramos eran
excepcionalmente exigentes.