Qué esperar del Rallye de Estonia

Va a ser agitado. Siempre lo es. Nada en la temporada se compara con la velocidad del verano. Con 530 CV disponibles gracias de la potenciación híbrida total, la cosecha actual de coches de Rally1 define una generación.

Aunque la reducción de la tecnología de transmisión y la carga aerodinámica generada han recortado la velocidad de paso por curva en un kilómetro por hora o dos respecto a sus predecesores, la potencia y el par motor absolutos de estos bólidos siguen convirtiéndolos en las máquinas más espectaculares de los tramos.

No habrá nada como la expectación que se logra esta semana en los alrededores de Tartu, esperando al campeón del mundo Kalle Rovanperä y a sus colegas.

En los rallyes de tierra más lentos, el ruido es bastante diferente. Suben y bajan las revoluciones, se oye el ruido de ametralladora y, por supuesto, el repiqueteo de las piedras contra los umbrales cuando la tierra se esparce curva tras curva.

Esta semana, en Estonia, para mucha gente el ruido consistirá en cuatro crujidos al engranar cinco marchas, seguidos del glorioso audio que acompaña a un coche de rallye en el limitador de revoluciones. El traqueteo es casi inexistente hasta que se quita el ancla y se pierde velocidad en favor de un cambio de dirección.

¿Lo mejor? Sencillo, es pararse con seguridad en una curva y lograr hacerse una idea de lo rápidos que pueden llegar a ser estos coches... y luego asombrarse de lo lejos que puedes llegar a estar.

Son lo mejor de lo mejor. Esta semana, harán las cosas un poco más rápido.