Portugal. Sólo pronunciar la palabra evoca imágenes fantásticas los Toyota atronando por las carreteras de Arganil o de Markku Alén castigando a la niebla de Fafe por interponerse en su camino.
Hablando de Fafe, si se encuentra vagamente a poca distancia en coche del lugar (es decir, no está en otro continente), te imploro que llegues a tiempo para el domingo por la mañana. Ponte en camino. Lo conseguirás. Merecerá la pena.
Es un espectáculo absoluto ver un Rallye 1 volando a la vista, con los molinos de viento claramente visibles debajo (para que nos entendamos, estábamos muy atrás, ¡no estamos sugiriendo que los coches de rallye estuvieran pasando por encima de las grandes aspas!