Rovanperä utilizaba el mismo Toyota Starlet con el que aprendió a conducir cuando tenía ocho años, mientras que Halttunen pilotaba su recién adquirido Corolla GT. La combinación de ambos hizo de la prueba de Jyväskylä uno de los rallyes más esperados de Finlandia en los últimos años.
Miles de aficionados abarrotaron la superespecial del viernes por la noche en Killeri, a las afueras de la ciudad, pero el grueso de la acción tuvo lugar el sábado en los famosos bosques.
Por desgracia para Rovanperä, un problema técnico detuvo su Starlet en el TC2.
Halttunen continuó a lo largo del día y admitió que aprendió muchas lecciones valiosas desde el otro lado del coche.
"Me divertí mucho", dijo. "Sin duda fue algo muy guay. Pero también muy útil para mí. No me lo esperaba, pero pilotar me ha ayudado a entender mejor lo que Kalle necesita de mí como copiloto".