El piloto de la Motorsport Ireland Rally Academy recibió un golpe devastador en el penúltimo tramo del sábado cuando, tras lograr un considerable liderato en la categoría de los Ford Fiesta Rally3, perdió más de un minuto cuando el capó de su coche voló a mitad de tramo.
Al llegar a la final del domingo con 19,7 segundos por recuperar, y con sólo tres tramos para hacerlo, las esperanzas de gloria de Creighton parecían estar en entredicho. A pesar de todo, siguió adelante y se sorprendió al ver que había reducido esa desventaja a sólo 6,1 segundos tras superar a Pellier en la primera especial del día.
El siguiente tramo fue igualmente para Creighton, que superó a su rival francés y llegó al Wolf Power Stage con una ventaja de 2,7 segundos. Pellier tenía ventaja en el final, pero sus esfuerzos fueron en vano, ya que Creighton se mantuvo por delante y se adjudicó la victoria por sólo seis décimas de segundo.
Es el segundo final Junior WRC más ajustado de la historia. El que más fue en el Rallye de Finlandia de 2015, cuando Quentin Gilbert se impuso a Henri Haapamäki por 0,5 segundos.