La escuadra con sede en Alzenau llegó a la primera prueba con un i20 N Rally1 que, según admitió, se encontraba en una fase tardía de desarrollo y con poco tiempo de test.
El Rallye de Montecarlo fue una dura forma de empezar, pero ya en Suecia y, desde luego, en la tercera ronda en Croacia (donde Ott Tänak estuvo a punto de ganar en un domingo seco-húmedo-seco) hubo signos de un progreso genuino con el coche.
A partir de Finlandia, todo giró en torno a Hyundai. Tänak logró una magnífica victoria en Jyväskylä, triunfando en un evento que significa mucho para todos los equipos, pero aún más para Toyota Gazoo Racing, que tiene su sede a la vuelta de la esquina del parque de asistencia.
Podría decirse que la temporada del equipo empezó antes, con la victoria de Tänak en el Rallye de Italia en Cerdeña. Sin embargo, a continuación se produjo el bache del Rallye Safari de Kenia. Tänak se retiró en África, pero a partir de Italia sólo se bajó del podio una vez.