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El subcampeón del FIA Junior WRC de 2021, Jon Armstrong, llegaba al Rallye de Suecia, prueba inaugural del calendario junior de 2022, con muchos interrogantes. A menos de quince días del rallye, todavía no estaba claro si el piloto del Ulster llegaría a la nieve y el hielo de Suecia, un evento del que vale la pena señalar que no guardaba los mejores recuerdos para Armstrong después de un espectacular abandono en 2020.

Al presentarse sin ningún tipo de pruebas en el Ford Fiesta Ford, con un nuevo copiloto a su lado y en tramos totalmente nuevos, Armstrong parecía comprensiblemente fuera de ritmo durante la especial inicial en Kroksjö. Sin embargo, él y Brian Hoy pronto encontraron su ritmo y, con dos victorias de tramo en su haber, remontaron hasta terminar la primera jornada en segunda posición de la general, 7,7 segundos por detrás de Lauri Joona.

Los rivales pasaron el resto del fin de semana en una lucha a cara de perro por la victoria. El liderato cambió de manos en cinco ocasiones, pero fue Armstrong el que demostró un aplomo extraordinario y finalmente logró una inesperada victoria por 2,7 segundos.

Un coche nuevo, un equipo nuevo, un copiloto inexperto en el WRC, un periodo de preparación reducido tras el Dakar y más de dos años desde su anterior victoria. Si a esto añadimos su avanzada edad de 47 años, era fácil sugerir que Sébastien Loeb tenía pocas posibilidades de ganar el Rallye de Montecarlo en 2022.

Sin embargo, el hombre al que en muchos círculos se conoce como el G.O.A.T. no se ganó el apodo quedándose de brazos cruzados. El francés se puso en cabeza desde el principio y registró el segundo mejor tiempo en la primera especial de la era híbrida del WRC. Después de eso, nunca se movió de los dos primeros puestos durante el resto del fin de semana, estableciendo una batalla clásica con su compatriota Sébastien Ogier.

Haciendo uso de toda su veteranía, Loeb acertó en la elección de neumáticos del domingo. En condiciones variables, se aseguró la primera victoria de M-Sport en más de dos años y la primera victoria de su copiloto Isabelle Galmiche, al tiempo que reescribía los libros de récords como el ganador de rallyes del WRC más veterano de la historia, acabando con cualquier sugerencia de que los rallyes son un juego de jóvenes.

Decir que la experiencia de Andreas Mikkelsen en el Acrópolis tuvo un comienzo horroroso sería un eufemismo de proporciones épicas. El fin de semana de WRC2 del noruego, que se enfrentaba a un escenario superespecial frente a decenas de miles de aficionados en el Estadio Olímpico de Atenas, se acabó prácticamente después de dos curvas, cuando no pudo tomar una curva cerrada a la derecha tras coger aire en un paso elevado.

El resultado fue que su coche llegó al aparcamiento de Lamia en la parte trasera de un remolque, lo que le supuso una penalización de 10 minutos. Con la idea de la victoria olvidada, el piloto de Toksport tiró la cautela al viento y se adjudicó 11 victorias de tramo en las 15 especiales restantes, incluida la del domingo.

Sorprendentemente, Mikkelsen recuperó más de dos minutos y ascendió del 33º al 7º puesto en WRC2, sumando puntos vitales para sus aspiraciones al campeonato.

Al llegar a la segunda edición del Rallye de Croacia, todas las miradas estaban fijadas en un hombre en el tramo inaugural del viernes: Kalle Rovanperä. El joven finlandés se encontró en la misma posición que un año antes, corriendo como el primer coche en la carretera. Aquella experiencia no acabó bien, ya que el entonces piloto de 20 años se estrelló y puso fin a su fin de semana tras sólo tres minutos.

Pero este año, Rovanperä, de 21 años, no mostró signos de repetir su error del año anterior y marcó el mejor tiempo en la primera especial del rallye, Mali Lipovec - Grdanjci. Una posición que mantendría hasta la penúltima especial del domingo, cuando se vio sorprendido por la inesperada lluvia y cedió el liderato a Ott Tänak.

Con una desventaja de 1,4 segundos respecto al veterano Tänak, habría sido comprensible que Rovanperä navegara con su Yaris sin riesgos por el Wolf Power Stage, consolidando así su liderato en la general del campeonato. Pero el futuro campeón del mundo nunca tuvo esa opción. Rovanperä aventajó a Tänak y al resto de rivales en la Power Stage en 4,3 segundos a lo largo de sólo 14,9 km, llevándose los máximos puntos del fin de semana.

Ott Tänak no ocultaba los problemas a los que se enfrentaba con su Hyundai i20 N durante la primera mitad de 2022, cuando hombre y máquina luchaban por ponerse de acuerdo.

Toyota, especialmente Rovanperä, había dominado el inicio de la temporada, pero con la victoria de Tänak en Cerdeña, empezaron a aparecer algunas grietas en el bando Toyota. En cualquier caso, en su rallye de casa, en Finlandia, este iba a ser el fin de semana de Toyota para acallar a los detractores y volver a encarrilar la temporada.

Al parecer, nadie se lo dijo a cierto estonio. Tänak se puso en cabeza en el primer tramo del viernes y no la abandonó durante el resto del fin de semana, a pesar de los esfuerzos del grupo perseguidor de Yaris, liderado por Esapekka Lappi y Kalle Rovanperä.

Tal vez con el recuerdo de Croacia todavía en su mente, Tänak no estaba dispuesto a dejarse usurpar el liderato una vez más. Fue el más rápido en la primera especial del domingo e igualó el ritmo de Rovanperä en la siguiente para mantener una ventaja de 10,3 segundos que no pudo ser superada en los dos tramos restantes.

Los Toyota ocuparon las tres posiciones siguientes, y el compañero de equipo de Tänak, Thierry Neuville, terminó quinto, a más de dos minutos de la cabeza.