Al comenzar su primera prueba como nuevo número uno del mundo, sus expectativas eran altas en España la semana pasada. Pero entonces llegó Sébastien Ogier.
El compañero de equipo del finlandés, de 22 años, también es un hombre que conoce muy bien el éxito. Ha conseguido ocho títulos y estaba deseando conseguir su primera victoria en la era híbrida para añadirla a las 54 que ha conseguido sólo con la combustión interna.
¿Podría haberle alcanzado Kalle?
"Creo que podríamos haber hecho el segundos", dijo, lleno de la típica modestia. "Creo que teníamos el ritmo para esa posición.
"Séb se merecía la victoria. Ha sido muy rápido durante todo el fin de semana y aunque yo hubiera estado al límite y presionando todo el tiempo, creo que quizá no hubiera podido tener la misma velocidad que Ogier. Ha sido muy rápido.
"El tercer puesto está bien, pero estoy, por supuesto, un poco decepcionado. Quería un rallye limpio y la oportunidad de ayudar al equipo a sumar puntos para el campeonato.
"No quería correr riesgos, quería celebrarlo con el equipo. Supongo que por ese lado, fui capaz de gestionar el ritmo y llegamos a la meta con puntos, así que fue a ese plan".
Con el título de pilotos y la corona de constructores ahora en manos de Rovanperä y Toyota, el finlandés tendrá una oportunidad más de conseguir una séptima victoria cuando la temporada concluya en Japón el mes que viene (del 10 al 13 de noviembre).
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