La escuadra M-Sport de Millener se encontró en una posición de total dominio tras la acción del viernes al sur de la base del rallye en Lamia, con Sébastien Loeb y Pierre-Louis Loubet manteniendo el 1-2 de los Puma.
Sin embargo, las cosas empezaron a torcerse en el transcurso de una hora el sábado por la mañana, cuando Loeb se vio obligado a abandonar por un fallo en el alternador en el tramo de enlace tras el primer tramo y Loubet sufrió un pinchazo al principio de la siguiente especial.
Esto hizo que se esfumaran las posibilidades de podio del equipo, ya que Loeb no volvió a salir y Loubet cayó hasta la séptima posición. Este último acabó remontando hasta el cuarto puesto, una posición por delante de su compañero de equipo Craig Breen, que sufrió un problema similar al de Loubet el viernes.
El domingo, en el Wolf Power Stage, Breen y Gus Greensmith consiguieron el tercer y cuarto mejor crono, lo que contribuyó a aumentar los puntos del equipo.
"No fuimos el único fabricante que tuvo problemas", insistió Millener. "Toyota tuvo un fin de semana realmente malo y Hyundai definitivamente tuvo su cuota de problemas, pero fueron capaces de mantener sus coches fiables.
"Creo que lo que conseguimos el viernes es exactamente lo que queremos mostrar. Un día completo y demostrar que el coche y el equipo son suficientemente buenos. En el tramo largo del sábado por la mañana, estuvimos a la altura de Ott Tänak.
"Fue un problema pequeño, muy fácil de arreglar, pero vimos a Séb retirarse, lo que es realmente la mayor decepción, pero creo que podemos salir de aquí positivos en una serie de cosas y todavía tenemos algunas oportunidades este año para mejorar."
La próxima oportunidad que tiene M-Sport para mostrar esa mejora es en el Repco Rallye de Nueva Zelanda, que vuelve al calendario del WRC por primera vez desde 2012. La prueba tiene su sede en Auckland y se disputa del 29 de septiembre al 2 de octubre.
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