No me refiero a la disposición de los equipos, al clima o al color de los aficionados. Me refiero al parque de asistencia real y físico.
Tal es el ritmo de desarrollo de la ciudad de Jyväskylä, que los parámetros y las perspectivas del parque de asistencia avanzan a gran velocidad. Apartamentos, aparcamientos y tiendas se asientan donde hace menos de 10 años se ubicaban los coches.
Lo único que no cambia, y no ha cambiado en más de medio siglo, es el sentido de la ocasión.
El Secto Rallye de Finlandia siempre tiene la capacidad de hacer que un aficionado se sienta especial. Siempre se habla mucho de que el país de los mil lagos es el hogar espiritual de nuestro deporte y un viaje a la octava prueba siempre lo confirma.
Hay muchos rallyes que cuentan con el apoyo de la ciudad anfitriona, pero ningún lugar respalda realmente a su homólogo del WRC como lo hace Jyväskylä.
Caminando por el centro, no hay duda de que los mejores pilotos de rallyes del mundo están en la ciudad durante la semana. ¿Novedades para esta temporada? Una tienda de merchandising en el centro de la ciudad y una enorme tienda pop-up de Kalle Rovanperä fueron adiciones populares y, como era de esperar, el kit de KR volaba de las estanterías.
Pero es en el bosque donde se encuentra la verdadera fiebre. Es en el Rovanperä Arena o en la famosa horquilla de Kakaristo donde se recuerda realmente lo que significan los rallyes para la gente de esta parte del mundo.
El ambiente durante los tres días fue fantástico, pero estar en medio de una multitud abarrotada de banderas azules y blancas en medio de Rapsula fue algo muy especial. Con una coreografía inédita al más alto nivel de los rallyes, un lado de la carretera coreaba: "Kalle", mientras el otro lado completaba el nombre, respondiendo con: "Rovanperä".
No fue la oferta más imaginativa, pero funcionó y proporcionó un ambiente brillante y dejó al propio hombre con una gran sonrisa en la cara mientras giraba a la derecha en uno de los trozos de carretera más famosos del mundo.
El Secto Rallye de Finlandia lo tuvo todo la semana pasada, con unos días fabulosos coronados por un final ceremonial excepcional.
Como era de esperar, los finlandeses quieren que los finlandeses estén en lo más alto del podio. Esta vez fue Ott Tänak y una bandera de estonia ondeando en lo más alto del Paviljonki, pero la forma en que el campeón del mundo de 2019 ganó fue lo suficientemente buena para los locales. Pilotó a fondo y los aficionados respondieron con un bullicio normalmente reservado para uno de los suyos.
Contando ya los días hasta el próximo Rallye de Finlandia.
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