Suecia hizo un regreso muy bienvenido al WRC el pasado fin de semana. Ausente del calendario debido a las restricciones de Covid-19 la temporada pasada, el aterrizaje en el Rallye de Suecia significó que todo estaba bien en febrero una vez más.
El fin de semana pasado marcó el debut del Rallye de Suecia Evo2 con el traslado al norte de Värmland a los climas más fríos de Umeå, que fue muy bien recibido. Y qué lugar más espectacular.
Especialmente en la curva a derechas justo al norte de Botsmark en el tramo del viernes por la tarde del tramo de Kamsjön.
Esto era lo que habíamos estado esperando, la oportunidad de ver a los Rally1 demostrando toda su fuerza en uno de los lugares más inhóspitos de la temporada.
El escenario estaba preparado con el invierno por todas partes, el olor de los fuegos de leña mezclado con el de las salchichas quemadas y el ligero zumbido de las motos de nieve que llevaban a la gente de una esquina a otra. Para la segunda prfueba, los dedos de los pies y de las manos no se podían intuir y la inhalación del aire casi ártico era una llamada de atención en sí misma.
De vuelta a la curva, toda la atención se centró en el vértice cuando llegó Kalle Rovanperä. Y aquí, en un microcosmos, fue donde el finlandés de 21 años hizo lo que su padre había hecho 21 años antes.
Al frenar en la curva, el Toyota GR Yaris Rally1 se acomodó en las roderas que tenía debajo y salió de ellas de forma brutal. El equilibrio del coche era fabuloso: el resultado fue el acelerador y, muy posiblemente, los más de 500 caballos de potencia desplegados en la salida cuando el tramo, el rallye y la temporada giraban geográficamente hacia el sur.
Fue una demostración gráfica de seis o siete segundos de por qué y cómo no tardará el Rally1 en ser el punto de referencia de 50 años de velocidad y habilidad de un coche de rallyes de clase mundial.
También fue una demostración de la mejor oportunidad de Finlandia para acabar con dos décadas de dolor, ya que Rovanperä busca convertirse en el primer finlandés en ganar el título desde Marcus Grönholm en 2002.
La acción en Suecia fue inmejorable. Y también lo fue el brindis de Skagen.
Debo admitir que soy un converso reciente (reciente como el jueves pasado), pero a partir de ahora creo que las gambas, la mayonesa y el caviar sobre una tostada son realmente la única forma sensata de empezar el día. Me gusta tanto la cocina sueca que el año que viene me atreveré a probar el arenque en escabeche....
El chocolate Marabou es, por supuesto, un alimento básico sueco y se consumió copiosamente para protegerse del frío la semana pasada.
Es justo decir que el Rallye de Suecia ha estado en una especie de montaña rusa en los últimos años, pero el fin de semana pasado volvió a la trayectoria ascendente.
Umeå fue una ciudad anfitriona fabulosa, con muchos hoteles y restaurantes, y las carreteras supusieron un reto fascinante, así como un lienzo en blanco, y una oportunidad para pintar cuadros que ilustren la historia de la familia Rovanperä.
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