El belga se ha curtido compitiendo en un asfalto que ofrece niveles de agarre siempre inconsistentes. Eso es justo lo que se necesita para la primera prueba.
Cuando el Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA aterrizó en su propio patio para el Renties Ypres Rallye de Bélgica del año pasado, fue una fuente de frustración que la antigua estrella del WRC no pudiera encontrar tiempo para competir.
Esto cambiará la semana que viene en el Rallye de Montecarlo (20 - 23 de enero), cuando regrese al WRC desde 2004.
Loix, de 51 años, pilotará un ŠKODA Fabia Rally2 para el equipo de Pieter Tsjoen. Tsjoen será copiloto en el coche. La pareja completó una exitosa prueba, terminando en segundo lugar en un evento nacional belga en noviembre.
La última visita de Loix al Monte podría haber sido hace 18 años, cuando terminó quinto con un Peugeot 307 WRC de fábrica, pero su habilidad en los Alpes franceses ha brillado más recientemente. Disputó el Rallye de Montecarlo, el que no cuenta para el WRC, en 2009 y 2011 y terminó segundo en la general en ambas ocasiones.
Antes de su participación con Peugeot en 2004, Loix se enfrentó al Monte dos veces con Hyundai, tres veces con Mitsubishi y una vez con un Toyota semiprofesional.
Dos veces entre los seis primeros con un Lancer con placa de Carisma GT en 2000 y 2001 fueron una sólida demostración de su capacidad y afinidad con un evento en el que ha tomado la salida en nueve ocasiones.
El simpático belga se enfrentará a una tarea difícil en su primer Rallye de Montecarlo en 11 años, y ciertamente perseguir un tercer podio consecutivo sería un deseo muy grande, pero si el tiempo es duro y se requiere experiencia y velocidad, Loix podría ser una especie de caballo negro en la categoría WRC2.
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